Cecilia Arditto Delsoglio

Post Term: diario

Brainstorming 3

No hay duda de que la música de la médium Rosemary Brown, le fue dictada por los grandes maestros. Fuera de discusión.  El problema es que los grandes maestros desde el más allá, no hacen más que repetirse a sí mismos, reproduciendo sus grandes clichés históricos. Dejando de lado el tema de lo sobrenatural, pienso que repetirse infinitamente a través de los años no le hace bien a ningún compositor en el más allá o en el mundo de los vivos. Los compositores nos desactualizamos en un lapso de diez años, por poner un lapso de tiempo arbitrario.
¿Cómo sería nuestra música si seguimos componiendo en el mismo estilo durante 200 o 300 años?. Lo mismo ya no es lo mismo, como dice Nicolaus Huber. Las obras quedan frisadas en un momento histórico, reflejo de una comunicación intensa con un aquí y un ahora determinados. La obra queda y el compositor sigue camino. El arte, sobre todo el más sublime, no deja de ser una condición local, de barrio, se llame Weimar o Temperley. La música del pasado también comparte esa condición: fue presente en un espacio tiempo, y algunas de ellas tienen la propiedad de  poder reeditarse en otros tiempos. Hay músicas que se reeditan y otras no. Y eso no tiene que ver solo con la calidad mayor de la obra, sino con una serie de complejas coordenadas que consideran el gusto de épocas sucesivas. La música de Bach es una de las más reeditables que conozco: es a pruebas de balas. Por cuestiones de armado y de estructura es una música invulnerable a las centurias, a los instrumentos, a las versiones. Otras músicas son más perecederas. Están más atadas a los instrumentos y a cierta época.  Otro fenómeno interesantísimo es la ópera, también con una capacidad de edición absoluta a lo largo de las generaciones. Y cuando hablo de reedición hablo de reinvención. Autogenerase en otra época, es como autogenerarse en otra dimensión. Y aquí va la crítica, si se quiere, a los autores que dictan sus obras desde la posteridad. Estos autores están transmitiendo notas, seguramente ideas, pero las ideas no son nada si no están en diálogo con el tiempo. Esta reflexión amplia de los compositores famosos dictando sus obras desde el más allá se puede reducir a la vida de los mismos compositores en la tierra. Hay compositores que se empiezan a copiar a sí mismos en un momento de su vida; y vivitos y coleando, empiezan a “morderse la cola”. En realidad es casi una constante en todos los artistas y sería más edificante hablar de las excepciones. Stockhausen se ha convertido en muchas personas diferentes en una misma vida; o como John Cage, abriendo su círculo más y más y más, como un espiral originado en un punto único e indivisible, en expansión constante, aun hoy. Desde el más allá.

Brainstorming 2

Cuáles son los clichés, los grandes clichés que se han vuelto carne: ser artista, el primer gran cliché. Otros son ser mujer, latinoamericana, argentina y la c… de la l….  Y después el conservatorio y las búsquedas personales que me llevan a los aparatos, la low-tech, el minimalismo. Pensar en una música pura se me antoja como pensar la música desde fuera de la música, imposible. Como mirar el propio ojo fuera del ojo. La música se piensa desde la música. La cultura se piensa desde la cultura y una se piensa desde una. No hay transmutación posible en esta perspectiva. Y si una piensa que no se piensa, fin de esta discusión y flotamos. El ojo ve todo pero no a sí mismo. La música no se oye a sí misma, el creador no se crea a sí mismo. Es un loop de sentido imposible, un rebote continuo en una sala de espejos. El original no puede ser visto más que a través de un reflejo. Nadie puede verse a sí mismo desde afuera “for real”. Simple. Es como escuchar la propia voz en un grabador. La grabación es más parecida a nuestra propia voz que la propia escucha al natural de afuera para adentro. Al natural se habla y se escucha a la vez, en unísono. ¡Cómo disociar ese acople!. Creo que mi hermana Gabi tiene mi misma voz. Cada vez que la escucho siento que soy yo, me pasa desde que éramos chicas. Tímbricamente, es lo más parecido a mí que conozco. Siempre que hablo por teléfono con ella, me confundo por unos milisegundos y creo que estoy yo del otro lado. Luego vuelvo a mí. La voz de mi hermana suena más parecida a la mía que mi propia voz en una grabación. Tenemos la misma carga genética, los mismos parlantes.

Brainstorming 1

Mi método de trabajo por un tiempo va a ser dejar que las cosas sucedan y  que por fin se caigan. Nunca hay tiempo para que lo que no funciona se caiga, que ya está abrochado de alguna manera.
Detener es igual a sostener, una variación de lo mismo. Dejar de pensar. Me salen palabras que no quiero decir, son como los junks del lenguaje. Eso mismo pasa con los lenguajes artísticos, el texto estereotipado, el sentido preseteado: los moldes de las sociedades de conciertos, las tradiciones instrumentales, los gesto musicales, las escrituras programadas, los comentarios, las escuchas a priori, la circulación de la música, el trino, el semitono. ¡Qué ladrillos! Lo que me aleja de las salas de concierto es el profundo aburrimiento. Siempre cuando algo recién empieza a perfilarse… ¡a la parrilla!. No. Hay que darle tiempo a las cosas, no para que aparezcan sino para que desaparezcan. Que se caigan antes de subirlas al podio.  Estoy tranquila, acá, escondida en Alemania enseñando yoga.
Me gusta Alemania, me gustaba de antes. Hay algo bonito que pasa con la enseñanza del yoga.  Lo que le digo a los alumnos sale un poco de la nada, en el momento, como si lo dijera otro. Y me escucho desde afuera. Y lo uso para mí. Soy mi propia profesora, la primera sorprendida. Me gusta esta idea, porque además es verdad. No lo busco, ni siquiera me doy cuenta de que lo hago en el momento. Simplemente pasa. Nunca pensé que podría hacer algo así: dejarme ir y poder confiar en algo tan ajeno. Me miro en el espejo, en mayita, con casi cincuenta años, dando clases en alemán sin casi hablarlo. La vida me parece fabulosa y loca. Me alegra estar en este bote delirante. Es una vida mejor, no hay ninguna duda. Nunca me sentí tan cuerda. Y es ahí cuando decimos “eso es una paradoja”. Y no lo es. Por lo general las “paradojas” son las reglas constantes si se presta un poco de atención. 
 

Too much

Tengo muchas ideas, muchísimas. Soy de lenta resolución. Tengo el síndrome de la hoja abarrotada. Preferiría la paz de la hoja en blanco.

Wolfgang

Nada funciona en Alemania. Los trenes son un desastre, el cartero deja las notificaciones de los paquetes en la basura del edificio, el banco no te contesta los mensajes. El electricista se compromete a trabajar en tu casa y sencillamente no viene. No llama tampoco para cancelar. Una lo sigue esperando y haciendo nuevas citas durante dos meses sin calefacción. Instalar internet es un largo proceso que dura mínimo seis meses. Muchas excusas muy serias, eso sí. Siempre es tu culpa. También que llueva y se te inunde la casa que acabás de alquilar.
No creo en la eficiencia, no es un modelo que me ilusione especialmente. La vida es caótica e improvisada y eso me gusta más como patrón a seguir.
Pero los alemanes se creen que su país es un reloj y siguen obedeciendo las reglas como si todo funcionara y, créanme, no funciona. Es una ilusión colectiva que también ha convencido al resto del mundo.
Si el almanaque dice carnaval en Julio, prepará el pomo Wolfgang!

De concreto

Estoy componiendo una serie de piezas basadas en las ideas de música concreta de pierre Schaeffer. Manipulando cintas y grabaciones, me pierdo en este mundo tan literal, tan concreto. Soy de la pluma, no hay duda, aunque me interesa el desafio.

Mi coro de ángeles

Nota a posterior (22/10/20): este ciclo de piezas finalmente llamado Musique Concrète, de proceso largo y laborioso, de producción infinita, que fuimos construyendo sonido a sonido con mi incansable compañera Alu Montórfano,  es uno de los proyectos que más trabajo me llevó en mi carrera. Y uno de los que mayores satisfacciones me trajo. Aquí el video del ciclo de obras Musique Concrète completo.

Boca sucia

 

Me encanta mi nuevo trabajo de profesora de yoga por mil razones. Una de ellas, es que me da una libertad increíble para escribir la música que se me canta el c…
Perdón el vocabulario, siento que es la única manera de expresarlo sinceramente.

Desde que me dedico a la música nunca me aburrí, nunca me cansé, nunca me desilusioné, pero tuve que cambiar muchas veces todas las otras coordenadas de mi vida: geográficas, laborales, afectivas…

Una cosa nueva que estoy descubriendo es que dormir la siesta es fantástico: dejar la mente en blanco para que aparezcan ideas nuevas o se caigan las que ya estaban. Vengo trabajando piñón fijo hace décadas (¡guau!) y me estoy relajando un poco. ¿Razones? Salirme un poco de mi cabeza obsesiva, enfrentarme al vacío, pisar huevos y, de nuevo, hacer lo que se me canta el o…

Un tiempo lleno de cosas…

¿Cuánto tiempo hace falta para que las cosas desarrollen su materialidad, se ordenen, se relacionen, se posicionen  en el espacio? Ya no se sabe si la aglomeración de instrumentos y de muebles se miden en metros cúbicos o en segundos. Desenmadejar una montaña de eventos lleva tiempo. El espacio se despliega temporalmente en los objetos que no sólo lo llenan sino que lo construyen.
La relación de los espacios con los objetos es más fácil de enmarcar en el contexto de una obra, más evasivo con respecto a la vida cotidiana. La geografía de mi vida estos últimos años se convirtió en un espacio elástico, transportándome en un mapa discontinuo de países y afectos. Un mapa difícil de dibujar en un sólo papel, pero que tiene sentido por como se van ordenando los eventos en el tiempo.
El espacio es también una construcción temporal, donde las personas, cosas, situaciones se van ordenando con una lógica musical. No porque quiera reducir la inmensidad de la vida a una cuestión musical, sino porque en mi corazón ambas nociones tienen modos de vibración similares y se confunden.
Es más fácil escribir sobre música cuando en realidad uno está escribiendo todo el tiempo sobre otras cosas que difíciles de expresar porque simplemente no se expresan.
Llueve mucho en Düsseldorf hoy. Veo la ciudad desde el balcón, una ciudad no necesariamente bonita. Me encanta Alemania.

Sorpresa

Andaba medio perdida, como siempre en una nueva ciudad. Me di vuelta e inesperadamente apareció la torre Eiffel. Me emocioné.