Cecilia Arditto Delsoglio

Post Term: diario

Go

Hay un chino diciendo en mi almanaque: ten cuidado con lo que deseas porque se cumplirá…

Y sí, las cosas realmente deseadas llegan. Pero lento. O muchas veces llegan cuando una ya nos las desea más (tal vez no se deseaban lo suficiente). O se deseaba mal, se desea algo que no es. Lento se llega igual, dijo un novio que no llego a ser. ¡Ahhh! ¡Dios, dame paciencia, pero dámela ya! Responde ahora otro ex-novio.

El go es un ajedrez chino donde ambos contrincantes van poniendo sucesivamente cientos de piecitas blancas y negras sobre un tablero de cuadriculas pequeñas. Ficha a ficha, una a una a una a una a una a una, mil veces. Las estrategias del go funcionan a largo plazo, ya que encerrar al contrincante lleva muchísimo tiempo e innumerables movidas, moduladas también por los movimientos del contrincante. Pero cuando la figura se arma, no hay vuelta atrás… ¿cómo desandar tanto camino meticuloso? Sólo pateando el tablero (¡y eso no queremos!).
Mientras se espera, paradójicamente el tiempo sigue transcurriendo. La inmediatez estrepitosa no es más que la espuma de las cosas. Es lindo trabajar años por una idea, construir el ladrillo diario de la casita, poner la nota laboriosamente, la blanca, la negra, una al lado de la otra al lado de la otra al lado de la otra…

Futuro

De chica me imaginaba un futuro enfundada en neoprem, en una casa tipo nave espacial y mirando un haz de luz con sonidos y colores cambiantes: una especie de televisión tridimensional sin imágenes figurativas y con una música ambient sin melodía ni ritmo.
El mundo se está volviendo un lugar cada vez más grosero, pragmático y material. La música nostra evoluciona hacia un lugar cada vez más abstracto, y es por eso que el mundo y su representación están cada vez más alejados. Se vive en el mundo de “las notas” o en el de la abstracción desesperante. Y nosotros, por suerte, en el medio.

Composición tema “La vaca”

Ya se editó el libro Notations 21. Hoy me llegó una copia en el correo. Es un libro enorme dedicado a diversas notaciones musicales contemporáneas. Me dedicaron una página con ejemplos de una obra y un pequeño artículo que escribí para esta ocasión.
El libro inspirado en Notations de John Cage, es un objeto precioso en sí mismo. Tiene ejemplos de partituras y reflexiones acerca de la notación de un centenar de compositores: John Cage, Joan La Barbara, Murray Schafer, Stockhausen, James Tenney, Earl Brown y muchos otros no tan conocidos.
La info de mi obra está mal. La partitura publicada corresponde a Zand y no a Música invisible. Aunque algo de invisible tiene Zand, porque la partitura está pensada en negativo para poder ser leída en la oscuridad.
http://www.notations21.net/

Cuando era chica mi mamá quería que yo fuera escritora porque siempre me sacaba diez en las redacciones del colegio y hacía llorar a la maestra (era una niña bien al estilo Puig!). Cuando me dediqué a la música mi vieja aceptó mi decisión, yo creo que para no ir en contra de sus principios hippies de autodeterminación de los hijos, pero en el fondo pensaba que era ua pena. Yo, que entre mis virtudes tengo la de ser una persona extremadamente cabeza dura y obsesiva, seguí mi camino en la música; la presión siempre ha ejercido un poder estimulante en mi vida. Pero, ahora, en la cuarentena de la vida, pienso que tal vez el tema de la escritura sea mucho más importante de lo que siempre creí en mi conexión con la música. Hay cosas que se me ocurren escribiendo, notas o palabras, y no tocando un instrumento o mirando un paisaje. Muchas cosas también las pienso a través de la literatura (Aira, Gombrowicz, etc).
De escribir una composición tema “La vaca” a notar un multifónico hay tal vez más similitudes de las que uno creería a simple vista. Un psicoanalista diría que en el caso C se cumplió el mandato de la madre, del que aparentemente no pude escapar.
Mi próximo cuarteto de cuerdas se llamará entonces “La vaca” y Freud y mi madre contentos. La señorita Angélica de quinto grado llorará ahora por otras razones.

 

Amigas

email a Mercedes Do hoy:

Dejando de lado el romanticismo, cuando uno quema las naves, las quema, y mas allá de la imagen bonita del barco en llamas en la playa en algun punto el olor a quemado te alcanza. Lo que quiero decir es que las decisiones complejas y valientes en la vida no son una postal, son difíciles de verdad e implican muchos momentos de negrura.

Yo cada tanto me quejo, porque hace bien ver donde una esta parada para tomar nuevas mini decisiones. Pero me quejo coyunturalmente, o sea, aquí y ahora. Y no me arrepiento de nada importante. Me molesta la basurita en el ojo, pero eso no invalida el paisaje alucinante que existe alrededor. Distintas percepciones de lo mismo…

Si, se me hace cuesta arriba vivir en Holanda. Obvio que es difícil y muchas veces, muchísimas, es un garronazo. Pero creo que las decisiones jugadas son meritorias y si hay algo que no quiero hacer, es mirar mi vida desde afuera.

Construir el verosímil (o cómo escuchar un relato triste de una persona que está disfrazada de pollo).

En el cine no nos importa que el huracán que ha destrozado medio pueblo no haya alterado el peinado impecable de la protagonista, ni que la plaga de termitas no hayan tocado su zapatos. Cada historia construye su verosímil y desde esa realidad se plantea la narración.
Hoy fui a escuchar un concierto de órgano en el Orgelpark en Ámsterdam, el órgano para el cual estoy escribiendo, presentando un programa clásico de obras del SXIX: César Frank, Guy Ropartz, Samuel Rousseau. Todos estos compositores escribieron para el órgano modelo Verschueren-orgel, órgano que construyeron recientemente en el Orgelpark.

Ingeniería sonora

El órgano es un instrumento que tiene varios teclados y pedalera conectados a gran cantidad de tubos de diferente tamaño, material y tipo de embocadura. Algunos de los tubos -los menos- están a la vista. Detrás del teclado hay una serie de compartimentos, pequeñas habitaciones, llenas de otra gran cantidad de tubos de distintos tamaños que están organizados sobre plataformas, mesas, ubicados en cajones, pequeñas cajas con puertitas, etc. Es como una mini-ciudad de tubos.
Cuando un organista toca determinados registros, acciona diferentes regiones de este mapa de tubos, distintas habitaciones, o distintas partes de una habitación.

La tonalidad desplazada

César Frank escribió música que está claramente basada en las leyes de la armonía y el discurso tonal. Las distintas secciones o frases de su producción para órgano utiliza los diferentes registros del órgano. La orquestación no sólo utiliza diferente tipos de tubos sino que los grupos tímbricos suenan en recintos totalmente diferentes. La orquestación no sólo se refiere al color instrumental sino significativamente el espacio.
Para mis oídos “actuales” la linealidad de la armonía del siglo XIX iba saltando de cuarto en cuarto. ¿Cómo hacer para suspender la idea de que los acordes resuelven no solo en una fundamental sino en otro cuarto y concentrarse en las leyes de la armonía? ¿Que la nota grande y grave está afuera, a la vista, y las chiquitas y agudas en las entrañas de esos cuartitos a metros y metros de distancia? ¿Que el acorde final estaba despanzurrado aleatoriamente en el espacio total?¡Arditto! ¿En qué está pensando? ¡Vuelva a clase!
El verosímil de la armonía funcional me pide que ignore el tema espacial, como anteriormente había hecho la vista gorda al peinado de la protagonista indemne tras el huracán.

El arte de la exageración

La armonía funcional en un órgano grande sería, por ejemplo, como tocar un quinteto con piano de Schumann, dónde cada uno de los integrantes está en un cuarto diferente y al chelista lo encerraron en un cajón, que por medio de un pedal se abre y se cierra mientras toca. De más está decir que la pasé bomba.

Ping pong

Otra cosa extrañísima es que los tubos frontales (las notas pedal) del órgano están ordenados simétricamente de grande a pequeño a ambos lados del teclado. La escala cromática está distribuida en dos grupos: blancas de un lado, negras del otro. La música que utiliza los tubos graves, va saltando de derecha a izquierda constantemente dependiendo de la tonalidad. El tubo del do en relación al tubo del do sostenido está a una distancia, digamos, de tres metros, cosa que en una línea de bajo ¡se escucha muchísimo!
Me pareció muy extraño que el tema de los constantes saltos espaciales fueran como “borrados” por el discurso de las obras, haciendo “como que no importa” cuando para mis oídos de recién llegada era casi lo más predominante…

¿Cómo hacer para escuchar el relato triste de una persona que está disfrazada de pollo?

 

 

Poética

Sigo pensando en  mi pieza para órgano. Tengo algunas ideas en la cabeza y poquitas en el papel. Ya iré bajando las cosas sin apuro.
Le contaba a mi mamá (que no es música), por teléfono, algunas ideas de mi obra. Tuvimos una muy linda charla. Ella tiene una comprensión intuitiva del mundo abstracto de la música muy especial y muy oblicuo, que vuelven su mirada sobre mi trabajo siempre muy nutritiva.
La idea de mi obra es construir tres órganos: uno de metal con vibrafón y etcéteras (percusionista 1), otro de madera con marimba y etcéteras (percusionista 2) y el tercero de aire, que es el verdadero órgano.
El órgano está ubicado arriba, casi en el techo de lo que fuera una antigua iglesia. Los percusionistas con sus instrumentos están abajo, al mismo nivel del público. En las piezas para órgano, muchas veces el ensamble está ubicado arriba, en línea con el organista. Yo decidí trabajar con esta disposición a la distancia y hacer de ello parte de la obra, más allá de un setup.

La obra comienza con el percusionista 1 haciendo sonar un hilo que está atado a una lata de tomates (que suena espectacular!). La lata está arriba, cerca del organista. El largo hilo cuelga hacia abajo, cruzando el aire en diagonal hasta las manos del percusionista.
Mi mamá dijo
– ¡Que poético! ¡Me gusta la idea!
¡Y a mí también! Me interesa construir la fantasía de que el sonido sube por el hilo. El sonido vibra en el hilo a manera de una cuerda y es amplificado por la lata, su resonador, ubicado arriba, cerca del organista, ese intérprete omnisciente, invisible desde las butacas.

La ubicación espacial de la lata es un concepto musical, ya que está relacionado con el diseño espacial de la obra. El hilo que sube es un elemento que no responde al campo de la orquestación sino al dominio visual. En el discurso de mi obra, este rasgo escénico es un conector entre un instrumento que está abajo y otro que está arriba en términos de discurso musical. Es un concepto basado en la sinestesia o la mixtura de distintos sentidos, lo visual y lo auditivo en la percepción. Gramática para los ojos.

Otra idea: el percusionista 2 toca una serie de escalas ascendentes, que llegan al órgano, allá arriba, que en un momento dado reacciona a ellas. En este ejemplo de sinestesia, altura del sonido se traduce como altura en el espacio físico.

Robert Bresson pide no darle al ojo lo que se le da al oído. Inspirada en sus ideas sobre el cinematógrafo, yo prefiero confundir el ojo y el oído. Darle un poco a cada uno.
Este tema me apasiona.

Tren bala


Viajando en el tren bala, anotaba cosas en un cuadernito. Pensaba en la música, en el uso de las técnicas extendidas, en el uso del silencio y del ruido, etc, etc (juro que se me ocurrían estas cosas -¡qué precariedad de la vivencia!). Todos estos pensamientos me parecían entonces una simplificación aburrida. Cómo un juego de niños occidentales sin imaginación.
Fui a ver el teatro Noh y me emocioné. La obra que ví tenía más de mil años. Hace un milenio que los artistas repiten lo mismo y preservan la tradición. El teatro Noh es como una especie de ópera, a diferencia del Kabuki, que es más cercano a nuestro teatro. Pensaba también en la velocidad de las cosas en Japón pero no me alcanzó la cabeza.

Japón


No estoy encandilada, no estoy decepcionada, estoy totalmente extrañada. El viaje fue corto, agotador, excesivo en todo, en cantidad de gente, en cantidad de siglos superpuestos, en cantidad de información, en diversidad. En riqueza, en contraste.
Es como comerse un caracol crudo. Ríquisimo, si… pero no puedo decir que realmente lo haya disfrutado.
Quería volver a casa, a Amsterdam (!!!).
Pero es ese extrañamiento el que me da mucho aire para pensar en mis cosas. Porque ahora comer verduras también se volvió extraño.