Cecilia Arditto Delsoglio

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Monsieur Messiaen

Organistas versus profanos
Estoy analizando piezas para órgano, un instrumento que es puro enigma. Hay música de compositores organistas conocedores y/o intérpretes del instrumento y/o relacionados con el ritual de la iglesia, como Bach o Messiaen y otros que han llevado su propio lenguaje al órgano como Ligeti, Cage, Kagel y Feldman.
Ligeti, a manera de ejemplo, comenta en las notas de Cd de su obra integral: “Mi primer estudio para órgano, Harmonies, hizo uso consciente de los defectos del instrumento” (traducido by muá).
Uno a cero.
En http://www.sequenza21.com/labels/organ.html encontrarán obras completas de Feldman, Mauro Lanza y Ligeti para escuchar.

Organistas orgánicos
Messiaen, compositor organista de la iglesia de la Trinidad en Paris durante casi toda su vida es un compositor que nunca me gustó y que por esa razón nunca estudié en profundidad. La claridad didáctica de su pensamiento, el movimiento imitativo de sus creaciones “pajariles” sumado al contexto de músico de la iglesia católica no lo hicieron, nunca mejor dicho, santo de mi devoción.
Messiaen en su juventud creó un grupo de compositores llamado “La Jeune France” que en su manifiesto pontifica: “Este es un amigable grupo de cuatro compositores: Messiaen, Lesur, Baudrier y Jolivet. La jeune France propone la diseminación de obras en forma libre y jovial, tan lejos de fórmulas revolucionarias como de la academia…” (traducido by muá)…
Gol en contra.

Pero…
Entré en contacto con su música para órgano, comenzando con el ciclo La nativité du seigneur y estoy encantada. Hay un guía de escucha en el blog de José Pedro Magalhães, con ejemplos de audio que les recomiendo.
http://hauptwerk.blogspot.com/2008/12/olivier-messiaen-la-nativit-du-seigneur.html
Me interesa el concepto de armonía en Messiaen y sus modos de transposición limitada. Son armonías quasi estáticas cuya funcionalidad está quebrada por la ambigüedad entre la armonía funcional y una armonía de formato estático. Algunas de las piezas de este ciclo se relacionan con la música temprana de Satie como las Sonneries de la Rose-Croix, aunque Satie utiliza colores mas triádicos; en Messiaen se escucha también la influencia de Debussy, sobre todo en el uso de algunos materiales como la escala por tonos y el concepto de acorde como sonoridad en sí mismo más allá de su funcionalidad, idea amigable en el órgano, un instrumento con muchas posibilidades de color, si se usa para el bien. Gol de Francia.

 

Satie – Sonneries de la Rose et Croix

Volver a tener contacto con el mundo de la armonía es una fuente de sorpresas para una mente monofónica como la mía. Me siento Homero Simpson ingresando en la tercera dimensión.

La velocidad de las cosas…
En la música de Messiaen, la funcionalidad también esta quebrada por la velocidad de la música. En algunos movimientos las armonías en formas de coral son tan lentas que cualquier efecto de resolución armónica, se diluye por la espera en alcanzar el acorde siguiente y se crea así un pequeño mundo contenido en cada acorde, un mini-momento eterno. ¿Que sería de lo provisorio sin el suspenso?
Premio paciencia a  la hinchada.

Messiaen – La Nativit du Seigneur (Olivier Latry) – #3 Desseins ternels

El gen Machaut

El estudio sobre el ritmo de Messiaen menciona la estratificación y organización del ritmo en la música de la India, música que Messiaen estudió en profundidad y que explicita en sus propios análisis. Messiaen es un compositor que escribe un tratado a modo de prefacio en sus obras.
También se relacionan directamente con el concepto de talea y color en la música de Machaut y los isorritmos – estructuras rítmicas fijas repetidas que funcionan independientemente de la altura/armonía. Es interesante ver como la genética de la música francesa se reedita en sus múltiples facetas en la obra de uno de los suyos, tanto en el aspecto rítmico (Machaut), como armónico y sonoro (Satie y Debussy).
Por ahora un picadito de ideas. Bonsoir.

 

Virginia Slims

La elección de ser artista coloca a las personas en una franja social bastante extraña, difícil de encasillar. Cuando uno está fuera de su país, sola, como es mi caso, la dinámica de las seguridades cambia radicalmente. Cambia desfavorablemente por estar una más desprotegida, sin familia, idioma, con menos recursos y cambia favorablemente también porque en Europa, si bien la vida del inmigrante es más difícil comparado con los europeos nativos, la vida en general es mucho más fácil por ser éste el primer mundo.

Más allá de la “inmigrancia”, creo que ser artista es una cosa muy rara en relación al tejido social en Europa o en cualquier otro lugar. Uno necesariamente se va deslizando por los estratos sociales constantemente, cuando gente que tiene otras profesiones mas estables se encuentra de alguna manera congelada en la misma franja toda la vida.

Con el show de las linternas mágicas nos vamos de gira a Japón a comienzos de Abril. Los gastos de la gira están cubiertos, pero los honorarios no (sobre la fecha los sponsors se cayeron, bien al estilo “cosa nostra”). En resumen, voy a estar de gira por la isla, trabajando continuamente, transportando pantalla, linternas mágicas, instrumentos y bártulos, sin ganar un yen.
Estoy contenta de ir a Japón pero emboladísima también por estas vacaciones forzadas, ya que tengo gastos fijos que cubrir y un ritmo agitado y exigente para mantener toda la maquinaria de mi vida, yoga, laburo y los encargos que me están golpeando la puerta. Además en el bar donde trabajo hay recesión y no puedo ahorrar para cubrir el rojo.
En síntesis: gastos fijos, cero cachet y mientras tanto, dando vueltas en el tren bala.

Decidí trabajar de repartidora de periódicos por un mes y medio para cubrir el bache. Es una cosa extraña estar haciendo este trabajo para financiar vacaciones en Japón. El chabón de la oficina de periódicos que me contrató estaba encantado con la historia. Más le divertía el hecho de saber que había estudiado en el Conservatorio de Ámsterdam, un palacio de prestigio para el mundo de los repartidores de diarios. Toda esta escena hay que subtitularla en holandés.
Desde la mentalidad del cono sur, toda la situación es una aventura. Desde la mentalidad del cono norte la verdad es que no tengo idea, ja ja! ¡No saber es una de las ventajas de vivir afuera!.

Hasta el día de la fecha, me encontré en esta vida “free lance” europea en situaciones sociales muy contrastantes. De estar trabajando de baby sitter, repartiendo periódicos o ser telefonista en un call center (cosas que jamás en la vida hice en Argentina), a estar 4 meses panza arriba en la Costa Azul viviendo en un palacio y sólo componiendo y disfrutando de residencias y privilegios (tampoco hice algo de este estilo en Argentina). De estar contando las monedas de la propina, a estar negociando un montón de dinero por escribir una obra. Es todo muy elástico.
Baudelaire decía que los artistas son los que comen con los mendigos a la mañana y con el rey a la noche. Yo creo que hay algo de eso. El arte, si bien es un fenómeno burgués, es una vocación que permite ir atravesando las clases y los compartimentos fijos de la trama social.

Mi nueva rutina es repartir los diarios en una bici a las 4 de la mañana en el Centro de Ámsterdam y en otra zona de la ciudad cerca del puerto. Es un recorrido muy muy bonito, en una zona llena de barcos y de edificios antiquísimos. No vendo cerillas, como la heroína de Lachenmann, pero sí diarios en el Barrio Rojo de Amsterdam y pasé de compositora a personaje.

Hablando de barrio rojo, yo tengo mi corazón comunista y el tema de las clases sociales siempre ha sido un tema muy sensible para mí, sobre todo el contacto con las clases más marginales. El estar tan en el borde del sistema en algún punto se transforma en libertad. No pretendo representar a nadie con este discurso de niña malcriada, pero este ejercicio de canillita me presta una piel proletaria por unas horas.

El entramado social responde a las distintas franjas horarias. Es diferente el que se levanta a las 4 (ó se queda en vela componiendo como muá), que el que se levanta a las 7. Otra categoría social es amanecer a las 9 y otra claramente diferente a las 12.
Es como si la misma ciudad estableciera sus mecanismos de distribución social. Para viajar a otra realidad no hace falta irse a Japón sino levantarse un poco antes o meterse en el pliegue de un trabajo poco calificado donde a nadie le importa los libros que una leyó.

Voy con mi ipod ecléctico en la noche sintiendo que la música y la imagen de la ciudad me sitúan inmediatamente en una película donde yo soy la protagonista. ¡Que fáciles y efectivas son las bandas de sonido! Una bici y un ipod musicalizan instantáneamente  la película de mi vida en Amsterdam.
Ayer escuchaba Pinups de David Bowie, y la vida se me antojaba energética, creativa y llena de posibilidades. La chica de Temperley que nunca me abandona me tira letra:¡que largo camino has recorrido Virginia Slims! Si fuera una película sería cursi.

 

Ajedrez

Mi papá, que es contador, me enseño matemáticas desde muy chiquita y a jugar al ajedrez cuando tenía 5 años. Todavía me acuerdo del primer día que jugué al ajedrez con él y le gané. Creo que tenía paperas. ¡Roberto todavía jura que no me dejó ganar!.
Lo que entendí con el tiempo es que él no me estaba enseñando solo las reglas del ajedrez, sino a amar el juego.

La via láctea

Estoy pensando en una obra para clarinete y luces. Me inspiré en un corto de Jorge Lumbreras llamado Switch on. También en el cuento Switch on the night de Ray Bradbury (La niña que iluminó la noche).

Las buenas maneras

Trabajar con los materiales de otro no es una tarea del compositor sino del artesano que construye una silla que ya existía antes de ser fabricada. El nuevo objeto es una copia del concepto silla. No hay sorpresa y nadie se cae.
Con la mayoría de la música de escuela pasa lo mismo. Las obras son reproducciones de ideas de otra gente que ya existen en el mundo antes de ser “reinventadas” por el aprendiz. Sea  quien sea el original: Cage, Lachenmann, Vivier , Gandini.
Las obras deben medirse en el terreno de reformular o reinventar el lenguaje musical: decir algo nuevo pero también “de una manera nueva”. En definitiva encontrar la voz propia.
Si una obra no funciona porque el compositor está probando algo que todavía no existe y no sabe (todavía) como hacerlo, me da respeto. Si lo logra, me da felicidad.