[gtranslate]
Nadie quiere tomar riesgos en el aparato de la música contemporánea: por lo que los programas de los conciertos son “safe” (seguros), en butacas que no son cómodas, son soporíferas. Creo que es una situación general en toda Europa. La paradoja del sistema musical es que si no se toman riesgos se fracasa. Se fracasa lentamente.
Estrellas eran las de antes! diría un astrónomo viejo, devenido representante de artistas.
O se avanza o se retrocede. Y mientras tanto, nos bamboleamos entre estas dos instancias, manteniendo el equilibrio cotidiano que nos permite poder ir a comprar el pan de cada día con cierta convicción.
Me hizo acordar a este fragmento, de una poesía de Silvina Ocampo.
"…jamás llegar por nada a concederte
la tediosa y vulgar fidelidad
de los abandonados que prefieren
morir por no sufrir,
y que no mueren."