Cecilia Arditto Delsoglio

Go

Hace veinte años que me dedico a la música contemporánea. Escribo una obra, después otra y así voy. Miro ahora el dibujo de mi carrera como si fuera el tablero del Go, el ajedrez chino, que ficha a ficha va dibujando  una línea compleja. El armado es lento pero una vez diseñada la estrategia, no hay manera de cambiarla.
Tomo aire y pongo la próxima ficha, la ficha mil. Con vértigo y a la vez con familiaridad.

Las callecitas de Düsseldorf tienen ese what the fuck!

La música contemporánea fue un acto revolucionario en mi vida. Los sonidos me abrieron la cabeza y cambiaron la vida para siempre.  Me hicieron viajar, conocer personas, tomar decisiones importantísimas. Al comienzo fue algo completamente nuevo. Y me fascinó el no entender.
La música contemporánea me mostró un mundo abstracto y revolucionario que con el tiempo se volvió un mundo concreto, Es parte de mi cotidiano. Una tarea.
Las cosas ahora ya no tienen el mismo sentido.
Lo que pasa con las vanguardias pasa a mini-escala con cada uno de nosotros. Empezamos con un gran acto libertario que nos catapulta a otro lugar y luego nos acomodamos ahí y construimos algo. 
Hace 15 años me encantaba vivir en la Argentina y hacer música allá, pero un día vi el techo. Sabía que obras iba a componer en los sucesivos años, como iba a ser mi vida en Buenos Aires. Y me fuí a estudiar a Europa. En ese entonces la experiencia fue intensa y vital. Empecé de nuevo,
Paredón y Molkestrasse

Debo confesar que me cuestan mucho los conciertos, las organizaciones y los sistemas de la música contemporánea. Creo que a la mayoría de los compositores. Mientras pienso como encajo me conseguí un trabajo de profesora de yoga. Y aquí estoy, esperando el bondi…

No tengo nada en contra de las instituciones musicales de la música clásica. Es más, estoy a favor de ellas. Me parece fabuloso que un organismo tan aceitado, caro y que en términos del capitalismo no sirve para nada, exista en un mundo cada vez más pragmático.
Este post se refiere a una cosa mía, pequeña y privada. Lo que en un momento fue para mi un acto de libertad ahora no lo es. Todo empezó cambiando mi/el mundo. Y ahora todo se trata de encajar y de durar. Y eso hace un ruido que no me lleva a ningún lado que me interese.
Seguir girando en los clichés me agota. Remar contra la corriente puede ser interesante. Puede ser una gran tontería también.
Con rumbo fijo

Este año tuve una situación personal muy difícil que me hizo ver un montón de cosas de una manera diferente. Me enfermé y eso me obligó a vivir en un estado de pregunta pura, porque a veces las cosas no tienen solución. Viví en un acorde que no resuelve, en estado de gracia, o de desgracia, continua.

 Tal vez abandonar el pasado es más difícil que enfrentar lo que viene, que de todas formas no está ahí hasta que está (chupate esa mandarina!) . Ser profesora de yoga potencia mis frases de almanaque, sepan disculpar!
Y siguiendo en la línea de frases simples que sintetizan emociones complejas: sigo en la búsqueda de ese sonido no sólo que sea interesante, pero que me cambie la vida, carajo!
David Lebón canta:
Yo te he visto en el pasado 
con tu cara de jarrón y tu mundo hecho de clichés 
Tengo la esperanza de encontrar un sonido 
y un amor tan grande que te pueda envolver 
por Dios escuchame. 

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Go

Hay un chino diciendo en mi almanaque: ten cuidado con lo que deseas porque se cumplirá…

Y sí, las cosas realmente deseadas llegan. Pero lento. O muchas veces llegan cuando una ya nos las desea más (tal vez no se deseaban lo suficiente). O se deseaba mal, se desea algo que no es. Lento se llega igual, dijo un novio que no llego a ser. ¡Ahhh! ¡Dios, dame paciencia, pero dámela ya! Responde ahora otro ex-novio.

El go es un ajedrez chino donde ambos contrincantes van poniendo sucesivamente cientos de piecitas blancas y negras sobre un tablero de cuadriculas pequeñas. Ficha a ficha, una a una a una a una a una a una, mil veces. Las estrategias del go funcionan a largo plazo, ya que encerrar al contrincante lleva muchísimo tiempo e innumerables movidas, moduladas también por los movimientos del contrincante. Pero cuando la figura se arma, no hay vuelta atrás… ¿cómo desandar tanto camino meticuloso? Sólo pateando el tablero (¡y eso no queremos!).
Mientras se espera, paradójicamente el tiempo sigue transcurriendo. La inmediatez estrepitosa no es más que la espuma de las cosas. Es lindo trabajar años por una idea, construir el ladrillo diario de la casita, poner la nota laboriosamente, la blanca, la negra, una al lado de la otra al lado de la otra al lado de la otra…

1 thought on “Go”

  1. "logra". Podés creer que la palabra del word verification es logra?
    Yo antes medía los tiempos en períodos de doce años. Creo que tb viene de los chinos. Luego vi que, a pesar de no sentirme particularmente "activo" (diciéndome a mí mismo: "no trabajás lo suficiente, gabriel") los pasos previstos se iban concretando.
    Muy bueno el go. El gotogoto club se llamó mi primer grupo de performances en Mza.
    Me gustaría aprender a jugar al go.
    Besos.
    Grandes tus logros, Cecilia!!
    PD. Como me equivoqué en la palabra para el wv, la nueva es
    pleawaff que no es un logro pero es más linda.

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